jueves, 28 de junio de 2012

Los trenes del silencio


Aquel tren subterráneo estaba lleno en todos sus espacios, un numero ingente de personas viajan muy cerca unos de otros, sintiéndose la respiración. La gente la miraba con recelo y regañaba entre dientes sobre ella que ahí estaba, en el piso del vagón, sentada en un rincón, abstraída y fuera de cualquier situación  que sucediera a su alrededor. En su cabeza ya no había lugar para pensamientos sin sentido, no podía dejar de pensar en la razón del por qué la enviaron raudamente aquella mañana a casa desde el colegio sin ninguna explicación.
En aquella sección del tren todos la odiaron. Nadie, en absoluto fue capaz de escuchar razones y mucho menos de formular preguntas. Al llegar a su destino, desde donde habían solicitado su presencia, lo que temía desde hace ya largos pensamientos. La nona, su nona sin la cual no se imaginaba, dejaba de existir... Desde aquel día, todos los vagones fueron hostiles para ella.

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